
Tras una primera parada en el Alto Lastra con unas vistas impresionantes, seguimos por el cortado del alto hasta La Peñota, donde hicimos una segunda parada para reponer fuerzas y emprender el último tramo.
Tras recuperarnos de la impresión, continuamos unos dos kilómetros más hasta la Casa del Parque siguiendo el curso del río sobre unos puentes de madera perfectamente conservados que favorecen la sensación de estar caminando por encima del agua, ya que las rocas y la propia erosión han generado unas piscinas naturales dignas de mención. Nos trasladamos en autobús hasta un restaurante cercano y por la tarde visitamos Calatañazor, declarada Conjunto Histórico-Artístico, donde visitamos el castillo, la iglesia y sus peculiares calles de casas de piedra y por las cuales se siente como si el tiempo se hubiera detenido siglos atrás.
Es una ruta preciosa que tenemos a la vuelta de la esquina y por la que merece la pena (y mucho) ponerse las botas de montaña, si queremos ir caminando desde Cabrejas, o poner en marcha el coche para acercarse hasta Muriel de la Fuente. Eso sí, aconsejamos hacer la ruta desde Cabrejas siempre acompañado de alguien que conozca bien el recorrido porque es fácil perderse.
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